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Mitos sobre la Discapacidad - Trabajando junto a Dell en Argentina y Latinoamérica
Todo comenzó un año antes de la pandemia, en octubre del 2019. Fue entonces que tuvimos nuestro primer acercamiento con Dell, la reconocida empresa de innovación en tecnología inteligente. Allí se celebró un evento con CEOs de Dell de todo el mundo, y nosotros participamos dando un taller sobre inclusión y discapacidad.
Más tarde, sus empleados pasaron a formar parte del voluntariado que actualmente corrige materiales digitales para Tiflolibros. Ese fue el pie para que replicáramos este resultado con muchas otras empresas: se organizó así un voluntariado que traspasó las fronteras nacionales, sumando a otros países de Latinoamérica.
Estas actividades de capacitación nos permiten romper con los preconceptos que hay sobre la discapacidad visual. Siguiendo esa idea, pensamos una lista de mitos muy difundidos socialmente, para desarmarlos y explicar por qué son erróneos.
Ahora se los compartimos, porque nos parece sumamente útil y constructivo para comprender por qué una mirada que incluya la accesibilidad es tan vital en nuestros modos de concebir la realidad.
Mito 1
Como no ven, las personas ciegas tienen un oído más desarrollado que el común de la gente.
Falso. Las personas con alguna discapacidad, al contrario de lo que se piensa, no nacen con superpoderes o súper sentidos; se van desarrollando para compensar lo que falta. Como siempre, el humano se adapta a algo diferente.
Mito 2
Las personas ciegas tienen que subir a la vereda por la rampa, porque no ven el cordón y se pueden tropezar.
Falso. Para eso las personas con discapacidad tienen el bastón: para poder guiarse. No se van a caer por subir a un cordón. Cabe aclarar que, al ser lo que usan para poder detectar lo que tienen en frente, no está bien agarrar su bastón cuando se pretende ayudar.
Mito 3
Las personas ciegas no usan computadoras ni teléfono, y si los usan son dispositivos hechos especialmente para ellos.
Falso. Las personas ciegas usan exactamente la misma tecnología que el resto. Solo tiene que activar programas llamados “lectores de pantalla” o que pueden bajan de internet. Cabe aclarar, que también pueden leer y mandar mensajes escritos. No hace falta indicarles sí o sí el típico “dale, ¡ahora te mando un audio!”.
Mito 4
Las personas con discapacidad visual no pueden o no deberían tener hijos.
Falso. Al igual que el resto de las personas, pueden gestar, maternar y paternar, ya que, al igual que los demás, tienen la capacidad de amar. Pueden criar a un hijo con todos los apoyos (y no asistencias) necesarios.
Mito 5
Las personas ciegas solo pueden escribir en braille.
Falso. Pueden tanto escribir tanto en dispositivos electrónicos, como escribir en tinta con el apoyo de una regleta si aprendieron a formar las letras.
Mito 7
Las personas ciegas no pueden cocinar.
Falso. No ver la hornalla prendida no les impide escuchar el ruido del gas saliendo, sentir el calor del fuego, batir una mezcla, dar vuelta un pedazo de carne, etc. Es solo hacerlo con cuidado, al igual que todo el mundo. Y al igual que todo el mundo, si una persona ciega sin querer se quema… no es la muerte de nadie, no se va a romper.
Mito 8
Las personas ciegas pueden tocar los colores.
Falso. Si bien se puede tratar de imaginar como serían (como pasa con todo) ninguna persona, sea quien sea, puede registrar con exactitud lo que nunca pudo conocer.
Mito 9
Las personas ciegas pueden tocar los billetes y conocer su valor.
Falso. Los billetes de valor argentino no tienen ningún relieve que los pueda identificar con claridad. Sin embargo, hay métodos para organizar los valores una vez que alguien que ve se los indica.
Mito 10
Las personas ciegas son todas buenas.
Falso. Ante todo, alguien ciegue es una persona. Como toda persona, tiene cosas buenas y cosas malas, y puede darse cuenta de lo bueno y lo malo en otra gente.
Mito 11
Las personas ciegas no pueden correr, saltar o subir escaleras.
Falso. No hay que confundir las discapacidades entre sí. Así como no hay que hablar con el acompañante de alguien con silla de ruedas cuando queremos comunicarnos con la persona discapacitada, ¡ya que no es sorda!, no hay por qué pensar que por no ver no pueden moverse… caminar, correr, saltar, jugar, etc.
Mito 12
Las personas con discapacidad solo se relacionan con personas como ellos.
Falso. Las personas con discapacidad también son seres sociales, y no hay por qué condicionar una amistad en función a que la persona tenga o no discapacidad.
Mito 13
Las personas con discapacidad son religiosas porque solo Dios las puede ayudar.
Falso. No todas las personas con discapacidad son religiosas, y si una lo es, lo es porque eligió esa creencia… ya sea católica, musulmana, budista o pagana.
Mito 14
Las personas con discapacidad no se pueden vestir solas.
Falso. Pueden vestirse tranquilamente y elegir los colores y estilos que quieran o les guste usar. Y en caso de querer un consejo, este jamás tiene que pasar por encima de la decisión de la persona.
Mito 15
Las personas con discapacidad no tienen sexo.
Falso. Las personas con discapacidad pueden tener sexo sin problemas, y tampoco es cierto que una persona solo pueda tener relaciones con otra que tenga la misma discapacidad.
Mito 16
Las personas con discapacidad no pueden estudiar.
Falso. Claro que pueden estudiar, especialmente ahora que hay cada vez más tecnología. Esto ayuda mucho a eliminar barreras, aunque haya otras que ya dependen del otro que son mucho más difíciles de quitar.
Mito 17
Las personas con discapacidad no pueden trabajar.
Falso. Pueden trabajar y en los mismos puestos e igualdad de condiciones que el resto de sus compañeros. No hay porqué sobreexigir a alguien por tener discapacidad, ni pensar que la persona no puede hacer lo mismo y darle menos tareas.
Mito 18
Las personas con discapacidad no pueden ser autosuficientes.
Falso. Pueden vivir soles, cocinarse, limpiar y atenderse a sí mismos sin problemas.
Mito 19
Las personas con discapacidad tienen capacidades especiales.
Falso. No tienen superpoderes, ni más desarrollados los sentidos, ni son súper buenos, ni súper inteligentes y, lo más importante; no por tener una discapacidad la persona es un angelito. No hay porqué dejar pasar controles que al resto se les obliga a realizar, no hay porqué pensar que porque una persona con discapacidad te tocó en la calle lo hizo sin querer. Puede ser que sí lo haya hecho por accidente, pero nadie está exento de maldad o perversión. Dejemos de infantilizar.